Los investigadores del MIT han demostrado que se pueden fabricar plantas medicinales para producir fármacos nuevos y novedosos. Los científicos introdujeron genes bacterianos en una planta que produce de forma natural una sustancia química (vinblastina) que se utiliza para tratar algunas formas de cáncer. Los nuevos genes dieron a las plantas la capacidad de producir versiones modificadas de vinblastina. El estudio mostró que las plantas, a pesar de que son muy complejas, pueden manipularse de manera que les permitan producir medicamentos nuevos, posiblemente mejores. La planta utilizada para el trabajo es una flor de jardín común en muchas partes de los EE.UU., catharanthus rosea o 'vinca'.
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