Los medicamentos a base de platino se han utilizado en quimioterapia durante más de 30 años. El platino interfiere con la síntesis y transcripción del ADN, lo que limita la capacidad de las células cancerosas para crecer y reproducirse. Sin embargo, estos medicamentos también representan un riesgo para el tejido sano y pueden tener efectos secundarios graves. Los científicos han determinado una forma de administrar estos medicamentos en forma inactiva y luego activarlos una vez que llegan al cáncer. El proceso se llama fotoactivación, el uso de luz para excitar el platino a su estado quimioterapéutico activo. La investigación utilizó luz visible (azul o verde) y los tratamientos fueron muy activos contra las células cancerosas, pero produjeron un daño mínimo al tejido sano.
Referencia