El cáncer de ovario es el cáncer ginecológico más fatal, en parte porque cuando se detecta el cáncer, las células malignas con frecuencia ya se han diseminado (hecho metástasis) a otras partes del cuerpo. Sin embargo, investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia han descubierto que los miembros de la familia de microARN miR200 pueden convertir las células cancerosas altamente metastásicas en una forma menos probable de diseminación.
Durante el desarrollo del cáncer de ovario, las células epiteliales normales se convierten en un estado mesenquimal más "primitivo". Las células epiteliales son más adhesivas que las primeras y, por lo general, es menos probable que se propaguen. Las células tumorales periféricas a menudo se convierten en células mesenquimales inmediatamente antes de la metástasis, lo que les permite separarse del tumor. La capacidad de los microARN miR200 para convertir las células de cáncer de ovario mesenquimatoso nuevamente en células de cáncer epitelial ofrece la esperanza de mejorar la tasa de supervivencia de las pacientes con cáncer de ovario.