Investigadores alemanes y estadounidenses han demostrado que un solo gen, BRAF, puede causar una forma de cáncer de cerebro si no se controla adecuadamente. BRAF es parte de una vía de señalización celular y se sabe que está involucrado en el desarrollo del astrocitoma pilocítico, un crecimiento que afecta con mayor frecuencia a los niños. En ratones, los investigadores pudieron demostrar que la adición de este único gen puede provocar el desarrollo de tumores. Los resultados revelan objetivos importantes para el tratamiento.