Comúnmente, los oncólogos comparan a los medicamentos de las terapias dirigidas con las municiones de precisión guiada por su especificidad y potencial. Desafortunadamente, muchos pacientes no parecen reaccionar apropiadamente a estos tratamientos. Varias evidencias se acumulan, y sugieren que un motivo detrás de estos resultados fracasados es que existen 'señuelos' para los objetivos moleculares que interfieren con la interacción entre el fármaco y las células cancerígenas.
Un ejemplo de este fenómeno se observa con el receptor del factor de crecimiento epidérmico (abreviado como EGFR por sus siglas en inglés). El EGFR puede experimentar alteraciones que causan problemas en varios tipos de cáncer, incluyendo al cáncer de pulmón y al cáncer de colon. Los fármacos que se utilizan para dirigirse a esta proteína no logran funcionar con total eficacia. Nuevas investigaciones demuestran que existen múltiples proteínas relacionadas al EGFR que podrían estarse adhiriendo a los fármacos, previniendo que estos interactúen con sus objetivos moleculares. Los resultados brindan una explicación para este fracaso en el tratamiento y señalan a algunos métodos para evitar el problema.