La detección es vital para tratar cualquier tipo de cáncer. Sin embargo, a veces es difícil para los cirujanos encontrar dónde se encuentran las células cancerosas. Esto hace más complicado destruir las células con cáncer y proteger aquellas que se encuentran sanas.
Investigadores de la Universidad McGill en Montreal han desarrollado un sistema de detección de cáncer que puede examinar pequeñas cantidades de tejido (de un ancho menor al de unos cuantos cabellos humanos). Esta tecnología utiliza una combinación de métodos de imagen para clasificar cada célula como sana o cancerosa. El estudio utilizó pacientes bajo cirugía debido a cáncer de cerebro que se había esparcido. Los resultados mostraron que la técnica tuvo una exactitud casi perfecta en estos pacientes. Estos importantes resultados indican que esta herramienta continuará siendo probada en pruebas clínicas mayores.