Un grupo de científicos en el centro Max Delbrück para la medicina molecular ha descubierto que las células cancerígenas de los linfomas crean un ambiente más favorable para ellas mismas al dispersarse. Al igual que todas las células, las células de cáncer requieren un suministro constante de nutrientes. La investigación reveló que las células de los linfomas pueden ser dirigidas hacia los ganglios linfáticos o el bazo, áreas ricas en nutrientes, por causa de señales recibidas mediante una especie de antena celular, una proteína ubicada sobre la superficie celular conocida como CCR7. Cuando las células se encuentran en los ganglios linfáticos, empiezan a comunicarse con otras células en el área, y como resultado, cuentan con un apoyo adicional. El descubrimiento de estas redes de comunicación abre las puertas hacia el desarrollo de nuevos medicamentos con objetivos específicos a estos mecanismos.
Arriba