El ADN de nuestras células está muy organizado. Parte de esa organización incluye enrollar el ADN alrededor de bolas (nucleosomas) compuestas por varias proteínas diferentes llamadas histonas. Los investigadores han descubierto que los cambios en los tipos de histonas presentes en las células de la piel pueden impulsar el desarrollo del melanoma. Los cambios en la forma de las bolas de proteínas (llamados nucleosomas) pueden cambiar la forma en que se utilizan los genes en esa parte de la cadena de ADN.
En el melanoma, la disminución de las cantidades de una histona llamada macroH2a conduce a un aumento de la actividad de un gen (CDK8) que ya se sabe que está involucrado en el cáncer colorrectal. Los resultados sugieren que CDK8 y/o macroH2a podrían ser objetivos viables en el melanoma.