Ya se conoce que la luz ultravioleta (UV) es un agente causante del cáncer, pues al provocar daños en el ADN, la luz UV eleva el riesgo de desarrollar mutaciones que conducen al cáncer. Un estudio nuevo del Medical College of Georgia (escuela de medicina pública del estado) indica que además de producir células cancerígenas, la luz UV también puede ayudarlas a crecer. Las células de la piel utilizan una proteína (proteína quinasa D) cuando necesitan regenerarse después de sufrir daños. Al prevenir la muerte de la piel, el cuerpo no se queda vulnerable. Sin embargo, esta proteína también puede estimular la proliferación de las células cancerígenas. Normalmente, el cuerpo se encarga de eliminar a células que presentan daños en el ADN, no obstante, el efecto pro-supervivencia de la proteína quinasa D podría permitir que las células cancerígenas eviten el proceso de eliminación de células defectuosas.
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