A medida que los tumores crecen, a menudo desarrollan áreas pobres en oxígeno dentro de sus centros. Estas áreas, llamadas regiones hipóxicas, representan un obstáculo formidable para el tratamiento del cáncer. No solo es difícil entregar medicamentos a estos sitios; la presencia de hipoxia a menudo se correlaciona con un mayor riesgo de crecimiento tumoral agresivo y metástasis. Se plantea la hipótesis de que los tumores metastatizan cuando su ubicación principal ya no sirve como un entorno adecuado, y la hipoxia puede funcionar como una forma de estrés ambiental. En consecuencia, la metástasis puede ser un medio para trasladarse a regiones más hospitalarias del cuerpo.
Cuando los investigadores del Hospital Princess Margaret en Toronto analizaron los genes expresados por células en regiones hipóxicas de tumores pancreáticos que crecían en ratones, encontraron una mayor expresión de genes relacionados con la supervivencia y el crecimiento celular. Los resultados indican que las regiones hipóxicas parecen contribuir tanto al crecimiento del cáncer primario como a una mayor probabilidad de propagación del cáncer.