En ocasiones, los pacientes con cáncer deben someterse a tratamientos que pueden dañar el tejido sano y causar infertilidad o problemas reproductivos. De los aproximadamente 1,5 millones de personas diagnosticadas con cáncer el año pasado, alrededor del 10% eran menores de 45 años, un grupo de edad generalmente capaz de tener hijos. Por esta razón, el campo de la preservación de la fertilidad ha crecido rápidamente, lo que ha llevado al desarrollo de múltiples enfoques para mantener la capacidad de las mujeres y los hombres para tener hijos después del tratamiento del cáncer. Uno de los avances más notables ha sido el desarrollo de formas de preservar los ovocitos inmaduros de la mujer (óvulos no fertilizados), pero los óvulos son muy delicados. Es más fácil preservar un embrión (un óvulo que ya ha sido fertilizado), pero este enfoque no siempre es el mejor para pacientes más jóvenes que aún no han conocido a sus compañeros de vida. El campo de la preservación de la fertilidad aún se encuentra en un estado de desarrollo y aún hay límites que superar, pero el progreso realizado ofrece esperanza para los jóvenes sobrevivientes de cáncer que desean formar una familia.