Investigadores de la Universidad del Sur de California han descubierto cómo utilizar tintes comunes, como tinta para tatuajes y colorantes alimentarios, para mejorar la detección del cáncer. Cuando se adhieren a pequeños objetos en forma de cuentas o abalorios, los tintes se mueven a través de la sangre y se acumulan en los tumores. Pueden "iluminar" tumores, lo que permite que los escáneres médicos obtengan imágenes más precisas.
Después de observar varios tipos diferentes, los investigadores decidieron que los colorantes alimentarios comunes, como los colorantes utilizados en los dulces, pueden ser los mejores para la detección porque se sabe que no dañan el cuerpo. Estos tintes ya han sido aprobados por la Administración de Medicamentos y Alimentos, FDA en inglés, lo que facilita su aprobación para su uso en la detección del cáncer.
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