La irritación crónica a menudo puede desencadenar cambios celulares que conducen al cáncer. Este es a veces el caso de pacientes con reflujo ácido repetido, una afección en la que el esófago se expone repetidamente al ácido irritante del estómago. La exposición repetida a este ácido puede resultar en un cambio general en la estructura de las células, tanto que es posible que ya no se parezcan a las células del esófago. En este punto, presentan el riesgo de convertirse en cáncer.
Uno de los componentes cruciales del tratamiento del cáncer es la detección temprana. Cuanto antes se encuentre una neoplasia maligna, mayor será la posibilidad de detener su propagación. Investigadores de la Universidad de Duke han desarrollado una nueva técnica para detectar células esofágicas cancerosas y precancerosas. Pasan un tubo a través de la nariz hasta el esófago, donde luego hacen brillar rápidos destellos de luz y observan la respuesta de áreas sospechosas de tejido. Las células malignas y premalignas tienen una respuesta característica a la luz que las distingue de las células normales sanas. Esta técnica puede aumentar la eficacia del tratamiento del cáncer de esófago al ofrecer una forma de detectar la amenaza lo antes posible.